1. Su buen comportamiento con su familia y su entorno

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1. Su buen comportamiento con su familia y su entorno

Allah dice de Su Mensajero (Paz y Bendición con él):  

«Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones  

[Surah 3, versículo 159.]

Era muy dulce, sonriente, y la más púdica de las creaturas…
Jugaba con sus nietos Hassan y Husayn, les abrazaba, hasta había hecho, con su esposa ‘Aisha (que Alah esté satisfecho de ella) una carrera a pie que había ganado ella. Más tarde, mientras había subido de peso, perdió, lo que le hizo decir al Profeta (Paz y Bendición con él): "Ahora estamos empatados".[2]

 
Decía (Paz y Bendición con él), en el sentido: «El mejor de mi comunidad es el que es bueno (que cuida mucho) con su familia y tengo el mejor comportamiento hacia mi familia» [3]....
‘Ali dijo, en el sentido: «Cuando el Profeta (Paz y Bendición con él) estaba en su casa, repartía su tiempo en tres partes: una parte para su Señor, una parte para su familia y una parte para sí mismo. Después, dividía su propia parte entre sí mismo y sus relaciones con la gente… [Hasta que dijo] El Profeta (Paz y Bendición con él) dijo: «transmitidme las necesidades del que no puede transmitirlo. Porque el que transmite a los depositarios del poder las necesidades del que no puede transmitirlas, Allah le apoyará en el Día de la Resurrección.» »[4]
‘Aïsha, Al-Hasan y Abû Sa‘îd relatan, con algunas variantes en sus descripciones, que en su casa, estaba al servicio de su entorno: zurcía sus vestidos, ordeñaba su cabra, arreglaba sus zapatos, se encargaba de sus asuntos personales, ayudaba en limpiar la casa, ataba el camello y le daba forraje, comía con los servidores, preparaba la masa con ellos y se iba de compras.[5]

El Profeta Muhammad (Paz y Bendición con él) siempre sonría cuando hablaba [6].
Nunca le daba la espalda a su interlocutor... Y cuando alguien le saludaba (con la mano), no era el primero en quitar su mano… Cuando uno le frecuenta, no puede nunca separarse de él, de tanto que le ama…

El Profeta (Paz y Bendición con él) respondía al saludo y a la invitación, cuidaba sus vecinos, recibía generosamente su invitado, visitaba los enfermos incluso los más alejados en Medina, aceptaba la excusa del que le presentaba las suyas y daba sin contar.

Bromeaba con sus compañeros  (pero siempre decía la verdad)[7], se mezclaba con ellos y les hablaba, mimaba sus hijos y les hacía sentarse sobre sus regazos.

‘Aïsha relata, en las obras de Hadîths auténticos, en el sentido:
«El Profeta (Paz y Bendición con él) no era ni perverso, ni grosero, ni chillón en los mercados. No respondía al mal por el mal, sino que perdonaba y no guardaba rencor »

Anas (que Allah esté satisfecho con él) relató, en el sentido: «Estuve al servicio del Profeta (Que Allah le acorde Su Gracia y Su Paz) durante diez años, y nunca me dijo: «Uf », o «¿Por qué lo hiciste? », o «¿Por qué no lo hiciste?» ».[8]

Anas también decía, en el sentido: «Jamás el Enviado de Allah (Paz y Bendición con él) alejo su oreja de alguien que le hablaba, mientras este no alejaba su cabeza. Nunca quitó su mano de la del hombre que la tenía, mientras este no la quitaba primero; y nunca se le vio estirar las piernas delante de un hombre sentado en frente suyo o en el medio de sus Compañeros, para no molestar a nadie. El era quien empezaba a saludar al con quien se cruzaba y era el primero en dar su mano para saludar sus Compañeros… »[9]

También fue relatado que el Profeta (Paz y Bendición con él) tenía un vecino que solía tirar basuras sobre su camino. Pero cuando el Profeta (Paz y Bendición con él) se enteró de que su vecino estaba enfermo, se fue a visitarle.

El Profeta (Paz y Bendición con él) ayudaba los más débiles:
Sahl Ibn Hunayf relata que el Profeta (Paz y Bendición con él) «venía hacia los más débiles de los musulmanes y les visitaba, visitaba sus enfermos y asistía a sus funerales» [10]

Un día, una mujer mayor tenía dificultades para llevar su bolsa, el Profeta (Paz y Bendición con él) tomó la tomó y la llevó hasta su casa. Para agradecerle, la mujer le dijo: «soy pobre, no puedo recompensarte por otra cosa que la oración: «Que Dios te proteja de la magia de Muhammad», y nuestro amado Profeta replicó sonriendo: «¡Soy Muhammad ! ». 




Notas:
[1] Surah 3, versículo: 159.

[2] Según una Tradición relatada por Al-Bukhârî.

[3] En otro Hadîth relatado en el Musnad del Imâm Ahmad (Hadîth n°: 7095), Abu Hurayra relata: el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo, en el sentido: «El creyente que tiene la fe la más perfecta es aquél que tiene el mejor comportamiento, y los mejores entre vosotros son los que tienen el mejor comportamiento hacia sus esposas»

[4] Relatado por At-tirmithî en «Ash-shamâil» (176), e Ibn ‘asâkir (1/331).

[5] Ash-shifâ capítulo II.

[6] Relatado por el Imâm Ahmad según Abu Ad-dardâ, también relatado por Al-hindî en «Kanzu Al-a‘mâl» (1/1840).

[7] Relatado entre otros por Al-bayhaqî en «dalâil An-nubuwwa» (1/331).

[8] Hadîth 2029 (p 854) el libro de la autorización para entrar en la casa de ajeno en el índice del Sahîh Al-Bukhârî, por el Imâm Zein Ed-Dine Ahmed ibn Abdul-Latif A-Zubaidi.

[9] Ash-shifâ capítulo II.

[10] Relatado por Al-hâkim en el «Mustadrak» (2/466). 

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