La Zakât, Introducción (Fiqh)

Introducción
 

La zakât, o limosna purificadora obligatoria, constituye el tercer pilar del Islam.

El objetivo de la zakât (la limosna purificadora legal)[1] es de realizar el equilibrio y la justicia social, de impedir el monopolio del dinero por los ricos y de alentar la circulación de los bienes.

El modelo económico islámico es diferente de los modelos capitalistas y comunistas. El dinero en el Islam pertenece a Dios y no al individuo ni al estado.

Quien que paga la zakât protege su dinero y lo bendice. Purifica así su corazón, eleva su alma y hace fructificar sus bienes [2]. Dios le multiplica los meritos.

Ibn ‘Umar dijo, en el sentido: «Toda riqueza sobra la cual se recauda la zakât no es considerada atesorada, incluso si está enterrada profundamente en el suelo. Pero toda riqueza sobre la cual no se recauda la zakât es considerada atesorada, incluso si no está escondida». El que atesora sus bienes (y no paga la zakât prescrita) está concernido por el castigo prometido por Allah en el Coran a los «que atesoran el oro y la plata».

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Notas:

[1] Hay que distinguir la limosna legal (obligatoria) (la zakât), y la limosna voluntaria (meritoria) (sadaqatun). Está puede ser entregada en cualquier momento y sin condición, a los que la merecen. Así, hay que emitir previamente la intención de dar la zakât, pues los actos valen únicamente por su intención.
(Puede emitir esta intención (que eso es zakât) en el momento de distinguir la parte (valor) de la zakât o cuando la distribuye)

[2] Allah dice en el Coran:  
«Exígeles que den dádivas de sus riquezas y con ellos los limpiarás y los purificarás»  
Surah 9, versículo 103. 
Y también dice: 
«Allah hace inútil la usura pero da incremento a lo que se da con generosidad»  
Surah 2, versículo 276. 


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